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Cuando el rey posó su boca en su pezón y lo succionó, Danika se estremeció ante el tirón de sus labios en su cuerpo.

Él tiraba de ella con fuerza, lo que la hacía gemir, explosiones de placer llenaban su sistema. Ningún hombre le había hecho esto antes, su boca en ella hacía que su piel ardiera.

S...