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—Está bien, señora Baski. Me encargaré de él —susurró Danika.

Chad seguía observando a Vetta cuando Baski les dijo que era hora de irse.

—¿Cuándo cambiaste tanto? —preguntó de repente Chad.

—No entiendo de qué hablas —giró sobre sus talones y salió del dormitorio del rey, aún llena de ira.

¿Por ...