Read with BonusRead with Bonus

168

Los pasos de Vetta vacilaron. El silencio descendió.

Luego, se giró y lo enfrentó.

El veneno en su rostro SÍ lo hizo estremecerse esta vez.

—Eres un monstruo despreciable y astuto —siseó—. Siempre se trata de amenazas, ¿verdad? Siempre amenazas. Chantaje. Siempre.

Él se encogió de hombros, imper...