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—Guardias. —Nunca levantó la voz. Ni una sola vez miró a Danika.

—¡Su Majestad! —Tres guardias detrás de él respondieron al mismo tiempo, dando un paso adelante.

El pavor llenó a Baski. Lo que sea que tuviera que decir la asustaba mucho. Nuevas lágrimas llenaron sus ojos—. Por favor, Lucien... Por...