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Vetta se levantó de la cama y se quitó la ropa. Se había preparado para esta noche, así que no llevaba mucho puesto. Sentada desnuda a su lado, sacudió la cabeza con tristeza.

—Soy tu amante, mi rey. Siento que ya no soy lo suficientemente buena para ti. Tal vez porque no nací con sangre real... Ta...