Read with BonusRead with Bonus

Gracias

Adea

—Toc, toc, toc.

Llevo golpeando la puerta de Gabe por al menos 10 minutos. Mi paciencia se está agotando y estoy a punto de enfadarme. Un pensamiento aterrador cruza por mi mente y, en su lugar, la preocupación inunda mi pecho.

—Toc, toc, toc, toc.

Maldita sea, Gabe. Fue idea mía tomar unas...