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Que no cunda el pánico

Adea

Todo se sentía nuevo, olía fresco, sabía dulce en mi lengua. El dolor que sentí hace solo unos momentos ya estaba olvidado. Era como un recién nacido mirando el mundo por primera vez. Un temblor recorrió mis hombros y el resto de mi cuerpo lo siguió.

Korra metió su hocico en la hierba y olfat...