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Igualado

Justo cuando su cabeza se inclinó y mis labios estaban a punto de tocar los suyos, me aparté y le di un beso en la mejilla. Un gruñido bajo resonó en su pecho y no me molesté en ocultar mi sonrisa mientras mis tacones golpeaban el concreto. Empecé a soltar mis brazos de su cuello cuando su pulgar e ...