Read with BonusRead with Bonus

Quédate

Adea

No sé de dónde vino eso, pero no le creí ni por un segundo. Era demasiado obvio y, por lo que podía ver, definitivamente algo estaba pasando. Shane no reveló nada y jadeé cuando se empujó contra mi vientre. Mi mandíbula se cayó y su dureza se estremeció contra mis costillas. Agarré su mano mien...