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Adelante

Adea

El crujido de la grava bajo nuestros pies era una señal de que Devin y Liam nos seguían de cerca. Shane me sostenía la mano con fuerza mientras nos dirigíamos hacia la casa de la manada. Tan pronto como estuvimos dentro, Shane habló.

—Están despedidos.

No los miró, no les mostró el más mínim...