Read with BonusRead with Bonus

Pronto

Adea

—¿Perdón, qué? ¿Qué pasa, Adea?

Ignoré a mi lobo. Estaba demasiado aturdida para hablar. Mi corazón se desplomó y la felicidad que había sentido desapareció. Mi cuerpo se congeló y dejé de respirar. No podía haberlo escuchado bien. ¿Acaso él dijo...?

—No entiendo qué está pasando, Adea. Etha...