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Decomiso

Adea

Cuando pude apartar la mirada de su cuerpo en el suelo, mis ojos se dirigieron a su oponente. Estaba herido, pero no tan gravemente como ella. Observé su cuerpo y noté que no era muy alto. Lo que le faltaba en altura lo compensaba con músculo. La sangre goteaba de su puño y supe que la mataría ...