




Capítulo 5
DALIA
¿Por qué dije que sí? Pensé mientras recordaba la llamada que tuve con Noah, mirando el enorme libro abierto sobre la mesa frente a mí. Era el mismo pensamiento que había tenido desde el sábado por la noche y una parte de mí estaba en pánico por volver a ver a Noah esta tarde.
No estoy lista para una relación, entonces ¿por qué dije que sí?
Sí, puede que no me esté viendo esta tarde porque quiera que sea su novia, pero definitivamente no me está viendo para hablar del clima.
¿De qué vamos a hablar?
Gemí de frustración y aparté la vista del libro porque pensar en Noah no me dejaba concentrarme. Aunque estaba en pánico por volver a verlo, no podía esperar para hacerlo y sabía que si hubiera dicho que no, me estaría arrepintiendo.
Realmente no podía esperar para verlo de nuevo y una sonrisa se dibujó en mi rostro al pensar en escuchar su increíble voz, rica como la melaza, que sonaba erótica cada vez que decía mi nombre. Mucha gente tiene una voz increíble, idiota. Incluso algunos asesinos en serie tienen una voz increíble.
También podía imaginarlo sujetándome... inmovilizándome bajo su peso mientras me embestía ferozmente. Oh, demonios. Instintivamente apreté los muslos para aliviar el dolor que sentía allí abajo mientras un calor intenso subía a mi garganta y rostro al recordar sus manos y boca sobre mí y su polla en mi coño, y traté, sin éxito, de disipar mi creciente excitación. Lo quería de nuevo, no había duda de eso.
—Dalia —una voz llamó de repente a mi lado y me sobresalté en mi asiento antes de mirar a mi derecha y ver a Harvey de pie junto a mí. Sus cejas estaban ligeramente fruncidas mientras me miraba y tragué saliva mientras dejaba de apretar mis muslos—. ¿Estás bien?
—Sí, yo... estoy bien —respondí y cerré mi libro mientras él se sentaba a mi lado.
—¿Por qué trajiste esto a clase? —preguntó mientras colocaba su mochila sobre la mesa—. Es solo el primer día y estoy bastante seguro de que la mayoría de los profesores solo hablarán del programa.
—Sí —murmuré distraídamente porque en realidad no sabía por qué lo traje. Probablemente porque Noah era, y sigue siendo, lo único en tu mente.
Suspiré y empujé el libro hacia él. —Ponlo en tu mochila. Lo recogeré cuando volvamos al apartamento.
—Ni hablar. Ese libro es para levantadores de pesas —dijo mientras alejaba su mochila de mí como si fuera a agarrarla. Tenía razón, el libro era muy pesado, pero no tanto como él lo hacía parecer.
—Vamos, no es tan pesado —supliqué y le di mi mejor mirada de cachorro—. Y ni siquiera cabe en mi mochila.
Él resopló y empujó el libro de vuelta hacia mí. —Entonces, mala suerte para ti —respondió y le hice una mueca justo antes de que Tamika se interpusiera en mi línea de visión con una taza de café en la mano. Sus cejas estaban ligeramente fruncidas en confusión y parecía un poco perdida mientras observaba su entorno lentamente.
—Hola, cariño —dije mientras Harvey decía—: ¿Qué pasa, Tammy?
Ella volvió su atención hacia nosotros y levanté las cejas, preguntándome qué le pasaba. —¿Qué. Demonios. Hacemos en la primera fila de Cálculo? —preguntó y resistí la tentación de reírme de su reacción.
—Oh, en realidad esto es Análisis Superior —corrigió Harvey mientras se inclinaba hacia adelante, apoyando los codos en la mesa, y los ojos de Tamika se dirigieron hacia él.
—...¿Qué demonios es eso?
—¿Matemáticas tres-seis-uno-uno?
Ella le dio una mirada vacía y él quitó los codos de la mesa antes de señalarme a mí.
—Dalia es la que eligió la primera fila —afirmó y le lancé una mirada mientras ella fruncía el ceño hacia mí.
—¿Por qué trajiste eso a clase? —preguntó después de que su mirada cayera sobre el libro en la mesa y lo empujé hacia ella cuando me di cuenta de que podría caber en su mochila.
—Por favor, ponlo en tu mochila. Lo recogeré cuando volvamos al apartamento.
—No —respondió sin dudarlo y puse cara de puchero mientras Harvey soltaba una carcajada.
Luego caminó alrededor de la mesa y se sentó junto a Harvey mientras yo recogía mi teléfono de la mesa. Lo desbloqueé y, mientras miraba la pantalla, comencé a preguntarme qué estaría haciendo Noah. ¿También estaba deseando volver a verme?
Basta, me dije a mí misma y sacudí la cabeza de lado a lado, Estás pensando en él demasiado.
—Disculpa —dijo Tamika con una voz alegre y me di cuenta de que estaba de pie en el espacio entre Harvey y la mesa. Luego me recosté en mi asiento y ella pasó junto a mí antes de sentarse a mi lado.
—Hola —dijo con la misma voz alegre como si me viera por primera vez hoy y le di una sonrisa tonta mientras empujaba mi libro hacia ella. Ella frunció los labios y mi sonrisa se hizo más amplia cuando agarró el libro antes de meterlo en su mochila.
—Gracias...
—¡Santo cielo! ¿Ese es el profesor? —soltó de repente, con los ojos ligeramente abiertos, y miré hacia el frente del aula para ver a un hombre escribiendo su nombre en la pizarra. No podía ver la cara del hombre ya que estaba de espaldas a nosotros, pero podía adivinar que no era viejo. —Nunca llegaré tarde a Cálculo.
—Eh, es Análisis Superior —corrigió Harvey y ella le hizo un gesto de desdén con la mano.
—Lo que sea. Apúntame para la próxima clase.
—Ya te apuntaste.
—Cállate, Harvey —replicó Tamika justo cuando el profesor se giró para enfrentar a la clase y mi boca se abrió instantáneamente mientras mis ojos se agrandaban.
Dios mío. Dios mío. Dios mío, mi mente repetía mientras mi ritmo cardíaco se aceleraba. ¿Noah?
—Buenos días, clase. Soy el Pro- —Sus ojos se posaron en mí y se abrieron ligeramente mientras sentía como si me hubieran echado agua helada. Los recuerdos de ambos en la sala VIP de ese club inundaron mi mente y respiré hondo mientras nos mirábamos.
Luego miró a las otras personas en la clase y de nuevo a mí antes de aclararse la garganta. —Soy el Profesor Anderson.
Oh, mierda.