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CAPÍTULO SETENTA Y OCHO

Me despertó una sensación cosquilleante que se sentía más como pequeños besos recorriendo mi mejilla, labios y cuello. Me moví, tratando de alejarme de la persona mientras me acurrucaba más en las sábanas.

Esperaba que la sensación se detuviera, pero continuó, y esta vez fue incluso más intensa que...