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CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO

—¿Qué hay de Samantha? —pregunté preocupada. Sin apretó y soltó la mandíbula antes de darme una respuesta.

—Está bien; Luca la llevó de vuelta al hotel. —Esto me hizo soltar un suspiro de alivio. Condujimos de regreso al hotel en silencio. Sin seguía hablándome, revisando si tenía alguna otra herid...