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CAPÍTULO CINCUENTA

Después de lavarme las manos y secarlas, salí del baño. Las únicas personas en el pasillo eran dos parejas, tan borrachas como yo, que se besaban apasionadamente, como si el mundo fuera a terminar al día siguiente.

Seguí el sonido de la música, tratando de encontrar el camino de regreso, cuando esc...