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CAPÍTULO VEINTICUATRO

"Te resistes, pequeña tentadora, pero tu cuerpo sabe lo que quiere. Estás tan mojada por mí. Apuesto a que no puedes esperar a que recompense este coño rebelde con mi polla, pero las chicas traviesas como tú tienen que esperar", musitó, y yo le respondí con el ceño fruncido.

Sus dedos siguieron tant...