Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO VEINTITRÉS

Sin me agarró del hombro, volteándome como si no pesara nada, obligándome a mirar sus ojos de obsidiana mientras soltaba un largo suspiro. Gruñí ante la expresión triunfante en su rostro, como si fuera una simple chica aplastada bajo el peso de su cuerpo.

Como quitarle un caramelo a un niño, había g...