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CAPÍTULO CIENTO SESENTA Y UNO

—Nikolai, suéltame —me quejé mientras él me envolvía con su brazo, negándose a dejarme ir. Era la mañana siguiente, y aunque me encantaba acurrucarme con él, necesitaba ir al baño.

Estaba acostada de espaldas mientras me acurrucaba más cerca de Sin. Mi cabeza estaba sobre su mano mientras la otra m...