Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y NUEVE

Cuando terminamos de cenar, Stephanie entrelazó su mano con la mía y ambas salimos del comedor, dejando a Sin y al resto de la familia.

—Estoy feliz por ti, Mani, pero ¿qué demonios? —susurró casi gritando—. ¿Desde cuándo empezamos a guardar secretos? Suspiré y cerré los ojos.

—No planeaba mantene...