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CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y CINCO

El trayecto al almacén fue en silencio; yo era un manojo de nervios. Tantas emociones nadaban en mi interior. Sentía dolor, traición, miedo, ira y, sobre todo, tristeza. Llegamos al almacén y tomé aire, jugueteando con mis dedos. Sin envolvió mis manos sudorosas con las suyas, con una expresión en s...