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CAPÍTULO CIENTO TREINTA Y TRES

Sentí un rayo de esperanza al pensar que Mani no me había traicionado, y deseaba con todas mis fuerzas que todo esto no fuera más que una conspiración. Pensé en todas las palabras duras que le dije, y mi corazón se rompió.

Quienquiera que haya hecho esto, me aseguraré de que pase por cada dolor que ...