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CAPÍTULO CIENTO VEINTISÉIS

Me costaba mantener los ojos abiertos cuando su mano bajó por mi estómago. Continuó deslizando su mano hasta llegar a mi cintura. Tiró de mis pantalones, quitándomelos, dejándome completamente desnuda debajo de él.

Colocó besos repugnantes en mi estómago hasta llegar a mi área clitoriana. Sus labio...