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CAPÍTULO CIENTO VEINTICINCO

Perspectiva de Sin.

Sentí una mano suave acariciar mi cabello, disfrutando de la sensación, y lentamente abrí los ojos.

—Todavía es temprano; ¿por qué estás despierta? —mi voz somnolienta resonó, y mi hermosa bambina sonrió.

—Tuve que ir al baño y me costó volver a dormir —sonrió y me besó la nar...