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CAPÍTULO CIENTO DIECINUEVE

Recogimos todas las cosas que compramos, luego salimos hacia donde estaba el coche y nos subimos. Samantha le dio la dirección del hospital a Mateo, y él arrancó. La distancia entre el centro comercial y el hospital no era mucha, así que llegamos a tiempo.

—¿Puedes esperarnos en el coche? Volveremo...