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CAPÍTULO CIENTO TRECE

Días después, Samantha y yo estábamos desayunando. Las heridas de Sin ya estaban curadas y las cosas habían vuelto a ser como antes.

Samantha y yo conversábamos mientras comíamos. Fue entonces cuando Sin entró, todo vestido con su traje negro de Armani. Desde que llegamos a Italia, ha estado muy oc...