Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO CUATRO

Estaba a punto de preguntar qué pasaba cuando Sin entró en la cocina como si me estuviera buscando y suspiró al encontrarme con la mirada. Se acercó a mí con una sonrisa en el rostro y me besó en la cabeza.

—¿Cómo te sientes? —preguntó.

—Estoy bien, todavía un poco mareada, pero bien —le aseguré. ...