Read with BonusRead with Bonus

56 ¿Sin hijos?

—¿Serás maldito al entrar aquí? —pregunté, agarrando su manga y frunciendo el ceño.

—No te preocupes, Delia, es solo un mito —dijo. Su apuesto rostro se relajó mientras tomaba mi mano apretada.

—¿Cómo no voy a preocuparme? —le grité, pero no me importaba.

—Su Alteza, por favor, responda mi pregun...