Read with BonusRead with Bonus

40 Maestro, por favor no...

—Delia, eres la primera mujer lobo que me ha dejado una marca, y como tu amo, te debo un pequeño castigo.

La punta de la nariz alta de Kral seguía rozando mi cara como un lobo estudiando cómo morder a su presa, sus pupilas doradas como un estanque. Cerré los ojos y no me atreví a moverme.

Se tumbó...