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Capítulo cuarenta y cinco

DOMONIC

Respira, exhala, respira, exhala. Cálmate o te vas a correr en los pantalones.

Dios, ella es hermosa.

Draven se lame los labios y sus manos se aferran a las sábanas de marfil. Sus ojos están fijos en la punta de mi polla que sobresale por encima de la cintura de mis pantalones. Mi pec...