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Capítulo trescientos setenta y cuatro

ANASTACIA

—¡Estás bromeando!— siseo.

Maeve vuelve a reír —¿De verdad crees que tu abuela se habría ido sin dejarte las herramientas para derrotar a esa perra y su pandilla?

—¿Esa perra? ¡Abuela! ¡No!— Breesi reprende juguetonamente.

—Oh, cállate niña. Puedo llamarla como quiera. Perdí todo e...