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Capítulo trescientos cincuenta y seis

TIMMONS

Después de convencer al buen doctor de que saque su trasero curtido por el clima afuera para que pueda llevar a mi mujer desnuda a mi habitación de manera segura, la acerco y la levanto del sofá, sus piernas rodeando mis caderas como si estuvieran hechas para eso. Mirando sus mejillas r...