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Capítulo trescientos siete

KENDALL

Después de una ducha rápida, cortesía del apartamento de Charlie en el piso de arriba, pude lavar todos los rastros de vómito de mi cuerpo, cepillarme los dientes —como... por quincuagésima vez hoy— y secarme el cabello para que los mechones rubios avellana cayeran suavemente en capas cu...