Read with BonusRead with Bonus

Capítulo trescientos uno

—Creo que hemos echado a tu hermano de la casa, gatita —dice Cane desde arriba de mí, su miembro aún palpitando profundamente entre mis piernas.

Moviendo sus caderas en círculos, sus ojos se oscurecen al posarse en mis pechos y baja la cabeza para tomar un pezón entre sus dientes. Gimo, arañando su...