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Capítulo doscientos treinta y tres

BARTLETT

—¡Rescatada, no secuestrada! —ladra Quinn, avanzando con su característica sonrisa de playboy en los labios. Sus ojos se clavan en los míos con cautela, el mensaje de "¿Qué demonios estás haciendo?" claro en su mirada—. ¡Vamos, Bartlett, no quieres asustar a la chica!

*Maldita sea. ...