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Capítulo ciento veintinueve

FELIX

Recostado en el catre, mis ojos se vuelven pesados y empiezo a adormecerme. En algún lugar a lo lejos, un lobo aúlla, y el sonido del animal me pone instantáneamente alerta. Una extraña sensación de anhelo me invade y me encuentro deseando poder conocer a esa bestia. En el sur de Californ...