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Capítulo ciento dieciséis

DRAVEN

Cinco minutos después de llamarlo, Bart entró por la puerta principal como un ángel vengador. Su paso era firme y sin prisa, sus ojos escaneaban el perímetro a través de las ventanas. Siempre vigilante hasta el momento en que se dio cuenta de que Taedora y yo estábamos horneando galletas...