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Capítulo 57: Casi mordido

Sin embargo, por más que Adrian susurrara su nombre, ella no lo escuchaba, como si se hubiera cerrado completamente.

Adrian la miraba así, y su corazón se llenaba de impaciencia.

El semáforo había cambiado, pero él no movió el coche. El vehículo detrás de él comenzó a tocar la bocina con impaciencia...