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Capítulo 227 Ni siquiera pienses en irte

El tiempo parecía pasar sin que nadie se diera cuenta, y el viento levantaba el largo cabello de Eva.

A medida que las náuseas causadas por el trote del caballo se iban disipando, bajó la mirada y observó la mano que la rodeaba.

Su voz se volvió fría. —¿Ya has tenido suficiente de abrazar? —La per...