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Capítulo 810: Quién dice que no puede perseguir a las mujeres

Esa noche, el ánimo de Juniper era completamente diferente al de antes, y se durmió con una sonrisa en los labios.

Incluso tuvo un sueño dulce, y cuando despertó, su sonrisa casi llegaba a sus ojos.

Se dio unas palmaditas en la cara frente al espejo, luciendo radiante y fresca, con un cutis excele...