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Capítulo 68 Encerrado

¡Él realmente la encerró!

La cara de Layla perdió todo color, sus manos aferradas al pomo de la puerta, girándolo con fuerza varias veces.

—¡Samuel, abre la puerta!

—¡Ábrela! ¿Me oyes?

Layla gritó, golpeando y pateando la puerta en vano; no hubo respuesta.

Presa del pánico, corrió al balcón solo p...