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Capítulo 598: La esposa a la que no puedo llamar lo suficiente

—Eres demasiado lindo, ¿sabes eso? Así que no fui yo, sino tú quien se enamoró primero— dijo Caleb, todo engreído.

—¿Importa acaso?— replicó Susan.

—Claro que sí. Me da derecho a presumir— bromeó Caleb, dándole un pellizco juguetón en la cintura. —Eres una pequeña tramposa, esperaste todos estos a...