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Capítulo 506 La felicidad que puedes sentir

La resistencia de Susan se estaba desvaneciendo, su voz temblorosa, —Caleb... deja de besarme.

Su cuello era su punto débil, y Caleb lo sabía muy bien. —¿Estás segura de que no quieres esto? Sé que te gusta...

—No, ¡para! —Las pequeñas manos de Susan intentaron empujarlo—. Estoy adolorida por toda...