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Capítulo 35 ¿Todavía no te preocupas por él?

Después de soportar la tortura de un largo y incómodo viaje en coche, finalmente llegaron a la empresa. La cara de Layla estaba casi congelada.

Sin prisa por salir del coche, miró a Samuel, esperando ver si él diría algo.

—¿Qué pasa? —preguntó Layla, pero Samuel permaneció en silencio, con el rost...