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Capítulo 338 La disculpa que provocó una tormenta

Layla ya estaba al borde. Maldijo por lo bajo. '¡Maldito, y ahora estás provocando al avispero!'

Que él la llamara "bebé" hizo que su enojo aumentara varios grados.

Apretando los dientes, declaró fríamente: —Te has equivocado de persona.

—En este mundo, solo hay un bebé, y esa es mi Layla, sin du...