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Capítulo 309 Una segunda oportunidad

El rostro de Layla se volvió ceniciento, perdiendo todo color como si hubiera sido golpeada por un rayo. Las lágrimas llenaron sus ojos, y después de unos segundos de silencio atónito, de repente gritó:

—¡No, es imposible! ¡No puede estar muerto! ¡No puede estarlo!

—Solo fue una pesadilla. ¡No pue...