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Capítulo 305 Cielo e infierno

Layla estaba tan desconcertada por la pregunta que su corazón estaba en un torbellino, y lo único en lo que podía pensar era en escapar. —Suéltame, Samuel —dijo, apartando su mano. El hombro de Samuel aún estaba herido, y no pudo sujetarla con fuerza. Su palma quedó vacía y sus labios se volvieron p...