




4. Kaya
Kaya
Dijo que se llamaba Cade. Nunca habÃa conocido a nadie con ese nombre. Por otro lado, aún no habÃa conocido a muchas personas. QuerÃa saber si habÃa algún significado detrás de su nombre. Lo estaba observando cuando él agarró mi mano.
Sentà pequeños escalofrÃos recorrer mi piel. Me llevó más allá de Quill y fuera del pasillo con todos. Continuó guiándome por las escaleras y luego hacia una habitación. Estaba oscuro allÃ, pero no tenÃa problema para ver. Mi visión era excelente, sin mencionar que nosotros, los lobos, ya tenÃamos la capacidad de ver en la oscuridad.
Lo siguiente que vi fue su rostro acercándose al mÃo. Luego sentà sus labios conectarse con los mÃos. Nunca me habÃan besado antes, y esperaba estar haciéndolo bien. Ojalá pudiera haberle preguntado si estaba bien. Pero el beso comenzó a profundizarse, y para mÃ, no parecÃa que él pensara que era una novata.
Si lo pensaba, no parecÃa importarle mientras abrÃa su boca, y yo correspondÃ, abriendo la mÃa. Dejándolo tomar la iniciativa, seguà lo que él habÃa hecho. Comencé a sentirme ligera y eufórica a medida que el beso se volvÃa más exigente. Sentà una humedad comenzar a acumularse entre mis piernas.
¿Qué demonios estaba pasando? SabÃa que serÃa natural sentirse atraÃda por tu pareja, pero no me di cuenta de que habrÃa una necesidad primitiva de desnudarse y frotar nuestros cuerpos juntos. SabÃa lo que era el sexo. SabÃa que se suponÃa que era placentero, pero nunca habÃa tenido el deseo.
Pero en esta instancia, querÃa experimentarlo. QuerÃa que él estuviera dentro de mÃ. QuerÃa saber cómo serÃa tener su cuerpo desnudo presionado contra el mÃo. SabÃa que el olor de mi excitación estaba invadiendo nuestra habitación.
Le estaba señalando a Cade que lo querÃa. SabÃa que él sentÃa lo mismo, ya que sentà una protuberancia presionada contra mÃ. TenÃa sus manos por todo mi cuerpo. No era suficiente; querÃa sus manos en mi piel. QuerÃa sentir su piel contra la mÃa. Aparté mis manos de él e intenté levantar mi vestido. Pero él agarró mis manos. Miré su boca para ver si querÃa decir algo. —Aún no.
¿Aún no? ¿Me estaba tomando el pelo? Sé que él sentÃa lo mismo. Las señales estaban todas allÃ, pero ahora querÃa mostrar contención. Mi madre me habÃa dicho que era natural sellar el vÃnculo de pareja relativamente rápido después de encontrarse. ¿Por qué se estaba conteniendo? Sé que no era por mÃ, entonces, ¿qué era? Solo lo miré en la habitación oscura. QuerÃa que se explicara. Él pudo ver en mi rostro que querÃa una explicación.
—Quiero hacer esto bien. No quiero apresurarlo en una habitación oscura que no es mÃa. Sentà que mis labios se curvaban, y supe que debÃa haber soltado una risa. Estaba tan excitada que habÃa olvidado todo lo que estaba pasando fuera de la puerta de esta habitación desconocida. Él sonrió y me miró.
—Asà que haces sonidos, te rÃes y gimes. —Sentà que mi rostro se calentaba. SabÃa que estaba sonrojada. No podÃa creer que habÃa gemido mientras nos besábamos. Me pregunté cómo debÃa haber sonado, probablemente como una idiota. Puse mis manos en mi cara, cubriéndola de vergüenza. Cade apartó mis manos de mi rostro para que pudiera mirarlo—. No necesitas estar avergonzada. Me gustó.
De alguna manera, eso no me hizo sentir mejor; todavÃa estaba avergonzada. Mi hermano me contactó mentalmente. —Mira, sé que encontraste a tu pareja y todo, pero no puedes simplemente desaparecer para hacer... la Diosa sabe qué.
—Lo siento.
—¿Puedes por favor volver a la fiesta? —Esta vez, yo guié a Cade fuera de la habitación y de regreso a la fiesta. Nos reunimos con mi hermano.
—¿Dónde demonios te habÃas metido?
Antes de que pudiera responder mentalmente, él me interrumpió:
—Sabes qué, no quiero saberlo. Tengo una buena idea. —SabÃa que él sabÃa que habÃamos estado besándonos. SabÃa mejor que pensar que habÃamos hecho más que eso, ya que mi aroma no habÃa cambiado. Cade me pidió que bailara, lo cual fue muy amable. Pero después de que terminó el baile, una mujer alta y rubia se nos acercó.
TenÃa un corte bob que le quedaba bien a su rostro. Su vestido mostraba su cuerpo, dando la impresión de tener una figura. Justo entonces, Cade se puso delante de mÃ, bloqueando mi vista de la mujer. Asomé mi cabeza por detrás de su espalda. Miré los labios de la mujer, cubiertos de un color rojo rubÃ.
—Cade, no sabÃa que estarÃas aquÃ. Me alegra, tal vez podrÃamos hacer lo que hicimos la última vez que estuvimos juntos.
Dijo y luego comenzó a trazar sus dedos por su brazo. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Qué hicieron la última vez? Luego, la boca de la mujer se movió de nuevo.
—Vamos. Te gustó la última vez. Sé que a mà me gustó, y después de todo, estamos comprometidos.
¿Comprometidos? Oh, no. No sé quién era esta chica, pero él era mÃo. Apreté mis labios y gruñÃ. Una de las cosas que podÃa hacer era gruñir; era amenazante. Incluso mi padre se sentÃa un poco intimidado cuando lo hacÃa.
Mi madre lo describÃa como desenfrenado, ya que no podÃa medir el sonido, y salÃa como un lobo salvaje queriendo devorar algo. Cade se dio la vuelta y me miró con una expresión divertida en su rostro. Sentà que los ojos se posaban en mÃ. SabÃa que era porque habÃa gruñido. Luego, la mujer me miró directamente.
—¿Y tú eres?
Gruñà de nuevo. No pude evitarlo. Me sentÃa posesiva como nunca antes.
—Cálmate. —La mujer miró a Cade en busca de alguna explicación. SabÃa lo que él estaba diciendo sin mirarlo. Mantuve mis ojos en la mujer rubia. Ella me devolvió la mirada.
—¿Tu pareja?