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26. Kaya

Kaya

Cade me contactó mentalmente. —¿Cómo te comiste el corazón? Quiero decir, ¿no es un corazón de alce jodidamente enorme? —Sí, tal vez tres o cuatro libras. —Entonces, ¿cómo te comiste todo eso? —No lo sé, simplemente lo hice. No desayuné y tenía hambre, además probé la sangre. —Entonces... —¿No...