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14. Kaya

No nos tomó mucho tiempo estar envueltos el uno en el otro. Después de estar acostados sobre las pieles, Cade me contactó mentalmente.

—¿Siempre puedes escuchar a todos?

—Bueno, no puedo escuchar a nadie —me reí—. Pero supongo que escuchas a la gente teniendo sexo. Vivimos en tiendas hechas a ma...